Baklava: cómo hacerlo perfecto

Baklava es un postre elaborado con capas de masa rellenas de nueces y miel o almíbar. El baklava se remonta a muchísimo tiempo atrás, con los primeros registros escritos que datan del siglo XIII (aunque algunos dicen que se basa en una receta del 800 a. C.).

Hoy en día, existen algunas variaciones de baklava, según la región de donde se obtiene. El baklava libanés suele prepararse con un jarabe de azúcar que contiene flor de naranja y agua de rosas. El baklava griego es más conocido por la combinación de miel y nueces. El baklava turco es un poco más simple, sin saborizantes adicionales: solo nueces, mantequilla y un simple jarabe de azúcar.

Consejos
No agregue demasiada mantequilla entre las capas. Una capa fina será suficiente (no querrás que la masa quede demasiado empapada).

Si no te apetece hacer tu propia masa, puedes utilizar masa filo comprada en la tienda. Asegúrese de que esté completamente descongelado (pero no tibio) antes de usarlo.

Para una toma deliciosa, pero nada tradicional, ¿por qué no rociarla con un poco de chocolate antes de servir? Asegúrate de usar chocolate amargo, ya que el chocolate con leche o blanco puede hacer que el postre sea demasiado dulce (a menos, por supuesto, que te gusten los postres súper dulces).

Cómo almacenar baklava
Es mejor comer baklava dentro de los primeros 2 días después de prepararlo. Guarda las sobras en el frigorífico en un recipiente hermético.