2 litros de aceite de cocina usado (filtrado) – El aceite usado constituye la base grasa fundamental para la saponificación. Debe estar completamente filtrado para eliminar restos de alimentos y partículas que podrían afectar la calidad final del jabón. El aceite reciclado no solo reduce el desperdicio doméstico sino que aporta propiedades emolientes que suavizan las superficies tratadas100 ml de agua lavandina – La lavandina actúa como agente blanqueador y desinfectante, añadiendo propiedades antimicrobianas al jabón final. Su inclusión garantiza que el producto resultante no solo limpie sino que también higienice las superficies tratadas, siendo especialmente útil para la limpieza de baños y cocinas.
100 ml de vinagre de alcohol – El vinagre de alcohol es un potente desengrasante natural y agente quelante que ayuda a eliminar residuos de jabón y depósitos minerales. Su acidez natural contribuye a la disolución de manchas calcáreas y aporta brillo a las superficies limpias, siendo especialmente efectivo contra la grasa acumulada.
2 cucharadas de bicarbonato de sodio – El bicarbonato de sodio funciona como abrasivo suave y neutralizador de olores. Sus propiedades alcalinas complementan perfectamente la acidez del vinagre, creando una reacción que potencia las capacidades limpiadoras del jabón mientras proporciona acción deodorante.
